Se nos fue la final del Campeonato Uruguayo, que finalmente habrá sido la primera de tres, debido a la contundente victoria tricolor, que con 2 goles del “Morro” García venció a un desconocido Peñarol.
La gran diferencia entre los equipos estuvo en la parte anímica. Desde los 13 minutos de la primera parte, cuando cayó el primer gol, se pudo apreciar a un Nacional que jugó muy tranquilo manejando los tiempos del partido, mientras que Peñarol sintió ese duro golpe, absorbiendo la ansiedad y el nerviosismo que caía de las tribunas.
La gran figura del encuentro fue sin dudas Santiago García, un pibe surgido de las inferiores de Nacional, que no venía teniendo buenos rendimientos, siendo resistido por algunos hinchas. Sin embargo en la noche de ayer se vistió de héroe para en dos muy buenas jugadas liquidar el partido a favor de su equipo, que fue muy superior y por momentos pudo haber aumentado la ventaja en el marcador.
Otros de los jugadores tricolores que recuperaron su nivel fueron Cristian Núñez, que no solo jugó bien en defensa sino que también lo hizo cuando fue al ataque, OJ Morales, que volvió a ser el de antes confirmando que es un jugador de clásicos, y Gustavo Varela, que fue el responsable de la gran habilitación al “Morro” en el primer gol.
Sin embargo la explicación de la victoria de Nacional no se encuentra solo en la buena noche de sus jugadores, sino en la actitud del equipo a la hora de encarar el partido, ya que a diferencia del clásico del Clausura salió a atacar a Peñarol, encontrando los errores defensivos que supo mostrar a lo largo del año.
El gran responsable de esa actitud, es sin dudas Eduardo Acevedo. Por primera vez nos encontramos con un entrenador que dejó de lado las preocupaciones por lo que podía llegar a hacer Peñarol, y pensó más en cómo lastimar al rival, lográndolo ampliamente.
Por el lado del equipo de Aguirre, vimos totalmente lo contrario, varios jugadores que bajaron considerablemente su rendimiento, principalmente en la zona defensiva. El nivel de Alcoba, Orteman y Arévalo Ríos estuvo lejos de ser el del Clausura, y eso sumado a la falta de profundidad de los delanteros hicieron imposible la remontada.
De esta manera tendremos 2 finales más a partir del sábado, donde el favoritismo parece haber cambiado de vereda. Nacional llegará entonado por la victoria, mientras que Peñarol deberá apostar a la memoria futbolística de sus jugadores, si es que quiere revertir la situación.
La gran diferencia entre los equipos estuvo en la parte anímica. Desde los 13 minutos de la primera parte, cuando cayó el primer gol, se pudo apreciar a un Nacional que jugó muy tranquilo manejando los tiempos del partido, mientras que Peñarol sintió ese duro golpe, absorbiendo la ansiedad y el nerviosismo que caía de las tribunas.
La gran figura del encuentro fue sin dudas Santiago García, un pibe surgido de las inferiores de Nacional, que no venía teniendo buenos rendimientos, siendo resistido por algunos hinchas. Sin embargo en la noche de ayer se vistió de héroe para en dos muy buenas jugadas liquidar el partido a favor de su equipo, que fue muy superior y por momentos pudo haber aumentado la ventaja en el marcador.
Otros de los jugadores tricolores que recuperaron su nivel fueron Cristian Núñez, que no solo jugó bien en defensa sino que también lo hizo cuando fue al ataque, OJ Morales, que volvió a ser el de antes confirmando que es un jugador de clásicos, y Gustavo Varela, que fue el responsable de la gran habilitación al “Morro” en el primer gol.
Sin embargo la explicación de la victoria de Nacional no se encuentra solo en la buena noche de sus jugadores, sino en la actitud del equipo a la hora de encarar el partido, ya que a diferencia del clásico del Clausura salió a atacar a Peñarol, encontrando los errores defensivos que supo mostrar a lo largo del año.
El gran responsable de esa actitud, es sin dudas Eduardo Acevedo. Por primera vez nos encontramos con un entrenador que dejó de lado las preocupaciones por lo que podía llegar a hacer Peñarol, y pensó más en cómo lastimar al rival, lográndolo ampliamente.
Por el lado del equipo de Aguirre, vimos totalmente lo contrario, varios jugadores que bajaron considerablemente su rendimiento, principalmente en la zona defensiva. El nivel de Alcoba, Orteman y Arévalo Ríos estuvo lejos de ser el del Clausura, y eso sumado a la falta de profundidad de los delanteros hicieron imposible la remontada.
De esta manera tendremos 2 finales más a partir del sábado, donde el favoritismo parece haber cambiado de vereda. Nacional llegará entonado por la victoria, mientras que Peñarol deberá apostar a la memoria futbolística de sus jugadores, si es que quiere revertir la situación.
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