Cuando los ecos del Mundial de Sudáfrica se van apagando lentamente, nosotros seguimos metidos en lo que es el torneo más importante del mundo, pero en este caso para recordar lo que fue la primera edición, ya que este viernes 30 de julio se cumple un nuevo aniversario de aquella histórica conquista de la selección uruguaya en nuestra capital.
A este campeonato Uruguay llegaba como el gran favorito a quedarse con el título, ya que dos años antes había conquistado por segunda vez consecutiva la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, lo que aparte de otorgarle el rotulo de candidato le colocaba una presión importante a sus jugadores, que debían repetir ante su gente las grandes actuaciones internacionales que tuvieron fuera del país.
A este campeonato Uruguay llegaba como el gran favorito a quedarse con el título, ya que dos años antes había conquistado por segunda vez consecutiva la medalla de oro en los Juegos Olímpicos, lo que aparte de otorgarle el rotulo de candidato le colocaba una presión importante a sus jugadores, que debían repetir ante su gente las grandes actuaciones internacionales que tuvieron fuera del país.
El torneo que en un principio iba a disputarse con un total de 16 equipos, solo tuvo 13 participantes y en su mayoría sudamericanos, debido a la renuncia de varios países europeos que por diversos motivos se negaron a jugar. Este hecho motivó que la selección uruguaya no defendiera el título 4 años mas tarde en Italia, tomándose revancha ante el desplante de los tanos.
Yendo directamente al aspecto deportivo, la celeste jugó 4 partidos saliendo victoriosa en todos ellos. Venció por el Grupo C a Perú (1-0) y Rumania (4-0), en semifinales a Yugoslavia (6-1), y en la final a la selección Argentina (4-2), en lo que fue una nueva edición del Clásico del Río de la Plata, que a esa altura ya había alcanzado una gran rivalidad.
Ese domingo 30 de julio ante 80 mil espectadores que se hicieron presentes en el Estadio Centenario, se reeditó la final olímpica de 1928 donde se repitieron la mayoría de los protagonistas, hecho que le daba a la selección argentina la posibilidad de tomarse revancha.
Como no se ponían de acuerdo con que pelota se iba a disputar el partido, el problema se resolvió en el sorteo con los capitanes, donde el que ganaba elegía el balón con que se jugaría la primera mitad. La moneda jugó a favor de los argentinos, que en los primeros 45 minutos sacaron ventaja de jugar con su pelota y se fueron al descanso ganando por 2 a 1, dando vuelta un marcador que había abierto Pablo Dorado para los uruguayos.
De esta manera, de la mano de figuras como Nasazzi, Cea, el “Manco” Castro, Lorenzo Fernández y Scarone, la selección uruguaya se convirtió en la primera en levantar la Copa Jules Rimet, hecho que 20 años después volvería a repetirse.
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