Una genialidad de Abreu le puso fin al interminable sufrimiento del viernes, y clasificó a Uruguay a las semifinales de la Copa del Mundo, luego que pasaran 40 años de aquel histórico cuarto puesto del Mundial de México 70.
Una vez más cuando todos nos daban por muertos y parecía que el pésimo árbitro portugués lograba su cometido de “sacarnos” el partido, apareció ese momento mágico que han sabido tener los equipos uruguayos y se logró revertir la situación. En este caso se dio sobre el final del partido, cuando el goleador rival no tuvo la jerarquía necesaria a la hora de ejecutar el penal más importante de su vida, y le permitió a la celeste definir la clasificación desde los 12 pasos.
Una vez más cuando todos nos daban por muertos y parecía que el pésimo árbitro portugués lograba su cometido de “sacarnos” el partido, apareció ese momento mágico que han sabido tener los equipos uruguayos y se logró revertir la situación. En este caso se dio sobre el final del partido, cuando el goleador rival no tuvo la jerarquía necesaria a la hora de ejecutar el penal más importante de su vida, y le permitió a la celeste definir la clasificación desde los 12 pasos.
“El loco la pica” pensó el país entero cuando vio a Abreu tomar la pelota y dirigirse al punto de penal para realizar la última ejecución uruguaya. Y así lo hizo, al igual que contra Brasil en la Copa América y en la gran mayoría de los clubes que defendió, definió con la clase que lo caracteriza y casi sin ponerse nervioso la mandó al fondo del arco y desató la locura en un país que hace años no sabía de hazañas.
En esta ocasión no sería justo destacar la actuación de un jugador en particular, ya que el rendimiento de todo el equipo fue muy parejo, y el esfuerzo realizado durante los 120 minutos ante un rival que físicamente era superior, fue digno de un grupo de jugadores que merecía llevarse el partido como finalmente se dio.
Es que no solo se luchó contra los 11 ghaneses, sino también contra el colegiado portugués Olegario Benquerenca, que por momentos parecía un africano más dispuesto a que la actuación del continente anfitrión se salvara con la clasificación de Ghana, y eso sin dudas le da un sabor especial a este histórico triunfo que por quinta vez en la historia, pone a Uruguay entre los 4 mejores del mundo.
Ahora se viene Holanda, quizás el rival más difícil que nos ha tocado enfrentar en la Copa del Mundo, y para colmo lo haremos con la baja de tres jugadores que han demostrado ser muy importantes en lo que va del torneo. La ausencia más significativa sin dudas será la de Luís Suárez, un jugador que se ganó el respeto de toda la afición holandesa luego de haber finalizado en lo más alto de la tabla de goleadores de la su liga local.
De todos modos no hay que bajar los brazos ni dar el partido por perdido, porque si de algo sabe esta selección y en especial la camiseta celeste, es de victorias hazañosas.
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