Esta semana decidimos recordar uno de los partidos más extraños que nos regala la historia del fútbol brasileño, ya que este 26 de noviembre se cumplen 5 años de lo que fue la hazañosa consagración de Gremio en la segunda división de su país, tras un histórico encuentro disputado en el Estadio dos Aflitos.
El hecho sucedió en el partido decisivo de la Serie B del campeonato norteño, donde el Náutico en su escenario debió recibir al equipo gauçho, con el difícil objetivo de conseguir una victoria ya que otro resultado le estaría dando no solo el ascenso sino el título al conjunto de Porto Alegre.
El primer hecho extraño es que el Gremio, un club grande del continente que supo ser campeón del mundo, se encontrara en la segunda división de Brasil, luego de haber perdido la categoría el año anterior. Por este motivo, para no fallarle a su historia, intentó lograr el ascenso rápidamente, hecho que corrió serio peligro en el último partido ante Náutico, donde en primera instancia tuvo un penal en contra que dio en el travesaño, y sobre el final del encuentro tuvo todo en contra para perder.
A falta de pocos minutos para que terminara el juego, el equipo de Mano Menezes (actual entrenador de la selección de Brasil) que ya contaba con un hombre menos, sufrió otro penal en contra que motivó enérgicos reclamos que derivaron en serios incidentes donde debió intervenir la policía. Como consecuencia llegó una serie de expulsiones que dejó al Gremio con 7 futbolistas en la cancha. Ante este panorama, no había nadie que no pensara que el Náutico se quedaría con la victoria y por ende con el ascenso, ya que contaba con un penal a favor y una superioridad numérica de 4 jugadores.
Sin embargo, el arquero del Gremio se puso el traje de héroe para desviar el penal y hacer estallar a los hinchas tricolores que seguían el partido en directo desde la principal plaza de Porto Alegre. De todos modos la cosa no terminaba ahí, ya que aún quedaban unos minutos para el final del partido donde los gaúchos debían aguantar.
Pero para sorpresa de muchos el desenlace no fue el esperado, ya que el en ese entonces juvenil Anderson (actual figura del Manchester United), con tan solo 17 años tomó la pelota y comenzó a eludir rivales desde su propia cancha recibiendo una infracción que motivó la expulsión de un adversario. No conforme con esto, el moreno delantero sacó rápido y siguió esquivando rivales, hasta llegar al área y convertir el gol que le dio el triunfo a su equipo.
De esta forma el Gremio consiguió el ascenso y un título hazañoso, que como no podía ser de otra manera tuvo a un uruguayo como protagonista. Se trata del ex jugador de Wanderers y Defensor Sporting Marcelo Lipatín, que fue titular en la consagración de su equipo que recibió el nombre popular de “A Batalha dos Aflitos”, que le permitió un año y medio más tarde estar disputando la final de la Copa Libertadores de América ante Boca Juniors.
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