Todos los que amamos el fútbol alguna vez intentamos practicarlo, y cuando lo hicimos ya sea en el “potrero”, algún club o simplemente con amigos, ante una patada o un forcejeo que nos enviara al suelo siempre saltaba la frase “Levantate, ¡Esto es de hombres!”, o en su defecto alguna expresión parecida que nos hiciera pensar que este es un deporte precisamente de hombres, en todo el sentido de la palabra.
Sin embargo en los últimos tiempos hemos observado imágenes que han desilusionado a todos quienes creen en un fútbol “masculino”, siendo la última la que puede verse en la foto, donde luego del gol de Scholes que le dio el agónico triunfo a su equipo en el clásico de Manchester, este aparece dándole un beso a su compañero Gary Neville.
Ejemplos de este tipo sobran, como los famosos picos entre Maradona y Caniggia, o el tan recordado caso de Guti. Pero lo curioso de lo acontecido el pasado fin de semana es que se trata de Paul Scholes, un jugador que más allá de su excelente técnica también se ha caracterizado por su juego rudo y poco piadoso con los rivales. Por suerte para el inglés, no tiene que jugar partidos en Sudamérica, ya que este hecho se lo recordarían en todas las canchas que visite.
Yendo a nuestro país cuesta imaginarse que jugadores de estas características (salvando las distancias) como OJ Morales o Arévalo Ríos, festejen sus goles a los besos, lo cual a parte de muy gracioso, sería muy polémico y decepcionaría a la gran mayoría de los hinchas de sus equipos, teniendo en cuenta que la “hombría” es una de las cosas que mas se les reclama a los jugadores uruguayos.
Por suerte el “Negro Jefe” ya no está para ver esto. ¡Perdónalos Obdulio, no saben lo que hacen!
Sin embargo en los últimos tiempos hemos observado imágenes que han desilusionado a todos quienes creen en un fútbol “masculino”, siendo la última la que puede verse en la foto, donde luego del gol de Scholes que le dio el agónico triunfo a su equipo en el clásico de Manchester, este aparece dándole un beso a su compañero Gary Neville.
Ejemplos de este tipo sobran, como los famosos picos entre Maradona y Caniggia, o el tan recordado caso de Guti. Pero lo curioso de lo acontecido el pasado fin de semana es que se trata de Paul Scholes, un jugador que más allá de su excelente técnica también se ha caracterizado por su juego rudo y poco piadoso con los rivales. Por suerte para el inglés, no tiene que jugar partidos en Sudamérica, ya que este hecho se lo recordarían en todas las canchas que visite.
Yendo a nuestro país cuesta imaginarse que jugadores de estas características (salvando las distancias) como OJ Morales o Arévalo Ríos, festejen sus goles a los besos, lo cual a parte de muy gracioso, sería muy polémico y decepcionaría a la gran mayoría de los hinchas de sus equipos, teniendo en cuenta que la “hombría” es una de las cosas que mas se les reclama a los jugadores uruguayos.
Por suerte el “Negro Jefe” ya no está para ver esto. ¡Perdónalos Obdulio, no saben lo que hacen!
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