martes, 24 de mayo de 2011

Hace 110 años nacía el Mariscal

Este martes 24 de mayo se cumple un nuevo aniversario del nacimiento de José Nasazzi, uno de los más grandes referentes de la historia fútbol uruguayo, que lideró a la celeste a escribir sus primeras páginas de gloria en las primeras décadas del siglo XX.

El Mariscal comenzó su carrera en el desaparecido club Lito de Montevideo, del cual se marchó al cabo de 2 temporadas para jugar en Bella Vista, donde se convirtió en una verdadera leyenda tras defender la camiseta papal a lo largo de 11 años. En ese período de tiempo, si bien Nasazzi no logró que su equipo terminara con la hegemonía de los equipos grandes en el torneo local, tuvo grandes actuaciones que lo llevaron a ser convocado a la selección uruguaya, donde portando la cinta de capitán se transformó en un ídolo eterno del pueblo oriental.


En 1923 conquistó su primera Copa América, mientras que un año mas tarde en los Juegos Olímpicos de París ganó la medalla de oro, que al mismo tiempo significaba el título de campeón del mundo para la selección vencedora. Ese hecho se repitió 4 años mas tarde en Ámsterdam, donde Nasazzi volvió a capitanear a los celestes que demostraron que lo ocurrido en Francia no fue casualidad, y que el fútbol uruguayo comenzaba a ser potencia a nivel mundial.

En 1930, en la aparición de la Copa del Mundo, el Mariscal volvió a portar la cinta de capitán de un equipo que de local tenía la obligación de ratificar todo lo bueno hecho en el exterior. Y como no podía ser de otra manera, la celeste no defraudó y de la mano de Nasazzi se quedó con uno de los títulos más importantes que ha ganado el fútbol de nuestro país. 

Pese a que Uruguay no se presentó en el Mundial de Italia en 1934, el capitán siguió defendiendo a la selección hasta 1936, ya que la Copa América iba ganando cada vez más prestigio. Y fue en 1935 cuando Nasazzi obtuvo su último título jugando para el combinado uruguayo, cuando en Perú alzó su cuarto torneo continental.

En ese momento el Mariscal ya se encontraba en Nacional, club por el cual firmó en 1933 y donde se sacó las ganas de ser campeón uruguayo, hecho que logró en sus 2 primeras temporadas, logrando terminar de meterse al pueblo tricolor en el bolsillo, que ya lo idolatraba por sus conquistas con la selección uruguaya.

En 1937 colgó sus botines luego de jugar su último campeonato defendiendo los colores de Nacional, retirándose en ese momento como el ídolo más grande del fútbol uruguayo. Con el paso de los años numerosos homenajes le fueron realizados, destacándose el llevado a cabo por Bella Vista que decidió darle su nombre al escenario deportivo donde oficia de local en el campeonato uruguayo.

Hoy, casi 43 años después de su fallecimiento, el gran Mariscal sigue más vivo que nunca en el corazón del pueblo uruguayo, que a pesar del paso del tiempo ha impedido que su figura quede en el olvido.

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