Si no mejoramos...

Una discreta actuación en la primera fase donde consiguió apenas un triunfo, le alcanzó a la selección uruguaya Sub 20 para clasificar al hexagonal final del sudamericano, donde sin dudas deberá mejor en gran medida su nivel si quiere lograr el objetivo de clasificar al Mundial de Colombia.

 El partido de la noche de ayer ante la selección peruana que terminó en derrota para el conjunto uruguayo, debe ser un llamado de atención para los dirigidos por Verzeri. Nuevamente volvieron a verse los errores defensivos y la falta de juego colectivo que se observaron en las primeras dos fechas, hechos que vuelven a dejar un manto de preocupación de cara a lo que se viene.

Esta vez se jugó ante un equipo que llegaba prácticamente eliminado y que debía golear a la celeste para impedirle el avance a la segunda fase, lo que hacía prever que Uruguay no tendría demasiados problemas para sacar un buen resultado. Sin embargo, tal vez el hecho de saber que la clasificación estaba prácticamente consumada hizo que se encarara el partido de otra manera o con otra mentalidad, que finalmente llevó a que el combinado local se quedara con un triunfo que fue tan justo como insuficiente para sus intereses, ya a pesar de la victoria los anfitriones quedaron por el camino.

Ahora es momento de dar vuelta la página y de que los jugadores recobren la memoria de lo bueno hecho ante Chile, ya que a partir del próximo lunes se estará disputando el hexagonal final con un fixture que en lo previo parece resultar favorable a Uruguay, ya que si bien todavía no se conoce el primer rival se sabe que recién se deberá enfrentar a Brasil y Argentina en las últimas 2 fechas.

Este hecho de jugar ante los rivales más poderosos en la instancia final, hace que en el comienzo Uruguay deba medirse con los equipos que son más “débiles”, lo que hará que sacar buenos resultados en el arranque no sea tan difícil, en caso claro está, de que el rendimiento de nuestra selección mejore notoriamente en relación a lo expuesto en la primera fase.

Ahora resta aguardar lo que suceda esta noche en la definición del Grupo B, donde quedará establecido con quien debutará Uruguay en la fase final, donde si bien la idea de obtener el título parece una utopía, hay otros objetivos importantes por los cuales pelear y mantener la expectativa, sobre todo teniendo en cuenta la irregularidad que ha mostrado el torneo.

El “Chapulín” celebra un nuevo aniversario

Esta semana decidimos escribir sobre uno de los más grandes delanteros de la historia nada menos que del fútbol brasileño, ya que el próximo 29 de enero Romário estará festejando su cumpleaños número 45, que le llega 3 años después de haber colgado los botines para dedicarse a la política.

Sin dudas el “chapulín” no fue un delantero más para la historia de este deporte. Con su magia deleitó al mundo entero por muchos años, logrando títulos y records que muy pocos han podido conseguir. Comenzó su carrera en Vasco da Gama, club en el cual finalizó la misma y donde anotó la mayor cantidad de goles. También defendió clubes muy importantes a nivel mundial como el PSV Eindhoven de Holanda, Barcelona y Valencia de España, más los clásicos rivales Flamengo y Fluminense de su país.

Gracias a su gran nivel en estos equipos, donde mostró una capacidad de definición única y envidiable, Romário logró alcanzar un record que hasta el día de hoy no ha sido igualado. Es el único jugador de la historia que ha sido 14 veces goleador en torneos de Primera División, tras ser el máximo artillero del campeonato brasileño en 10 oportunidades, de la liga española en 3, y de la holandesa en una.

Esas grandes actuaciones individuales les permitieron a sus equipos lograr varios títulos locales que se suman a sus dos consagraciones a nivel internacional, conseguidas con Flamengo y Vasco de Gama en las Copas Mercosur de los años 1999 y 2000 respectivamente.

Su participación en la selección merece un párrafo aparte, ya que con la “verdeamarelha” logró convertirse en una verdadera leyenda del fútbol mundial. Su primera presentación oficial con Brasil fue en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, donde consiguió la medalla de plata y fue el máximo anotador del torneo. Un año más tarde le dio a su selección el título de Campeón de América convirtiendo el gol de la final nada menos que ante Uruguay, título que repetiría nueve años mas tarde.

Sin embargo, lo más trascendente del chapulín en la selección no está relacionado a los títulos mencionados, sino al Mundial de Estados Unidos en 1994, donde no solo se consagró campeón del Mundo, sino que fue nombrado el mejor jugador del torneo, tras haber sido una pieza clave en la selección que logró hacer callar a quienes decían que sin Pelé, Brasil nunca mas ganaría un Mundial.

4 años más tarde, para desgracia de Romário y todos los brasileños, el chapulín sufrió una lesión que lo obligó a perderse la Copa del Mundo de Francia, quedándose de esa forma sin la posibilidad de defender el título. De todos modos, ese Mundial de Estados Unidos le bastó para quedar en la historia del máximo certamen del planeta.

A fines del 2007 el chapulín colgó los botines tras jugar su última temporada en Vasco da Gama, poniéndole fin a una carrera llena de magia que deslumbró al mundo entero durante mucho tiempo.

Se despertaron los pibes

 

Al fin vimos al Uruguay que queríamos ver en el sudamericano Sub 20, en un partido donde nuestra selección jugando mucho mejor que en las anteriores presentaciones, arrolló al combinado chileno ganando por 4 tantos contra cero, en un resultado que le devuelve las chances de clasificar a la segunda fase.

Esta vez si, los dirigidos por Verzeri le agregaron a la actitud mostrada en los primeros dos partidos, la cuota de buen juego que siempre se debe tener cuando se pretende llegar lejos. Con una defensa bien parada que fue prácticamente inexpugnable, más una ofensiva que mostró un volumen de juego superior y una contundencia importante, Uruguay logró golear a un equipo chileno que se vio superado a lo largo de todo el encuentro.

 

Tal vez se puede decir que el resultado es exagerado, o que no existieron 4 goles de diferencia en el juego entre ambos equipos. Pero lo cierto es que la selección uruguaya fue superior y pegó en los momentos justos. El gol tempranero de Cepellini cambió todo lo que podía estar planificado de antemano, mientras que la anotación del mismo jugador sobre el final del primer tiempo comenzó a desmoralizar al equipo rival, y si a eso le sumamos que el gol de Luna llegó cuando Chile se acercaba al descuento, se puede decir que el combinado celeste dio los golpes en los momentos claves.

Sobre el final llegó la jugada del partido, luego de una corrida del zaguero y capitán Polenta (que juega de lateral izquierdo) donde dejó varios hombres por el camino al mejor estilo “maradoneano”, para definir ante la salida del arquero y poner de esa forma cifras definitivas a un encuentro que renueva las expectativas de un equipo que comenzó con el pie izquierdo, pero que de a poco va mostrando cosas positivas como para ilusionarse al menos, con la clasificación al Mundial.

Ahora la celeste deberá descansar en la cuarta fecha, para dentro de 5 días estar enfrentando a la selección de Perú, que a pesar de ser el país anfitrión del sudamericano no ha empezado de la mejor manera, perdiendo los dos partidos que ha disputado hasta el momento. De todos modos no hay que guiarse por el mal comienzo de los peruanos, ya que en todos los amistosos previos al campeonato el equipo incaico supo sacar buenos resultados ante Uruguay, lo que hace pensar que el partido del próximo jueves no será una tarea para nada sencilla.

Más cerca de Montevideo que de Colombia

Así está la selección uruguaya Sub 20 que busca la clasificación al Mundial de Colombia en tierras peruanas, donde nuevamente volvió a dejar puntos por el camino, esta vez empatando a 1 con Venezuela comprometiendo de esa forma el acceso a la segunda fase del torneo.

 

Los dirigidos por Verzeri volvieron a jugar mal y si bien el sudamericano recién lleva 2 fechas disputadas, al ser un torneo corto hace que a esta altura ya se empiece a vislumbrar un final poco feliz para la celeste. Los resultados no se han dado y el margen de error ha disminuido considerablemente, a tal punto que si no se le gana a Chile el próximo sábado, las chances de ver a Uruguay en el hexagonal final del campeonato pasarían a ser prácticamente nulas.

En la noche de ayer ante Venezuela nuestra selección volvió a defraudar, siendo superada a lo largo de todo el primer tiempo por un rival que si bien ha crecido en los últimos años, lejos está de ser de los mejores del continente. En esos primeros 45 minutos prácticamente no se pudo inquietar al guardameta adversario, mientras que por si fuera poco un grosero error del arquero celeste le permitió a Venezuela irse en ventaja al descanso.

En el segundo tiempo fue cuando se vio lo más destacable del equipo compatriota que fue la rebeldía, ya que en base a más garra que fútbol Uruguay logró emparejar el trámite del partido, hecho que le permitió lograr un empate que en ese momento parecía justo, pero que no alcanzó para quedarse con la victoria. De todos modos, a pesar de esa actitud que mostró el seleccionado oriental, su nivel de juego es preocupante, porque solo con garra no se gana y el nivel expuesto en estos dos primeros partidos no genera gran expectativa con respecto a lo que se viene.

Ahora llega el turno de enfrentar a Chile, cuando el próximo sábado a primera hora la selección uruguaya salga en busca de un triunfo que es impostergable, ya que de no ganar se puede decir que el Mundial de Colombia a disputarse el próximo mes de agosto, lo veremos por televisión.

Con el pie izquierdo

La selección uruguaya sub 20 comenzó de mala manera el sudamericano de la categoría, al caer en los minutos finales ante un combinado argentino que confirmó su favoritismo quedándose con un triunfo que fue más que merecido.

Previamente se sabía que iba a ser un partido difícil y que perfectamente Uruguay podía quedarse con las manos vacías, principalmente por el rival que se tenía enfrente y porque esta selección no es de las mejores que hemos tenido en los últimos tiempos. Y así fue. Lamentablemente en la agonía del encuentro un error defensivo permitió que un delantero argentino aventajara a su equipo que finalmente ganó por 2 tantos contra 1.

El primer tiempo fue muy prometedor e incluso el rendimiento del conjunto uruguayo llegó a ilusionar con una posible victoria, sobre todo cuando al término de los primeros 45 minutos la celeste estaba arriba en el marcador. Sin embargo en el complemento, seguramente ante la decisión de Verzeri de cuidar el resultado y ante la obligación de Argentina de conseguir el empate, fue el equipo albiceleste el que dominó el trámite del partido logrando que se jugara gran parte del segundo tiempo en el campo uruguayo.

Y si a ese panorama le sumamos que el conjunto compatriota no pudo ejecutar ni siquiera un contragolpe, debemos decir que era lógico que sucediera lo que finalmente ocurrió. El combinado argentino logró en primera instancia empatar el encuentro para después, cuando moría el partido, anotar el segundo tanto que le significó un triunfo que lo posiciona muy bien pensando en la clasificación a la segunda fase.

De todos modos, a pesar de la derrota se pueden sacar cosas positivas como el rendimiento de algunos jugadores y el funcionamiento que se vio en la primera parte, que nos permite mantener las expectativas de que esta selección logre algo importante en el sudamericano, como la clasificación a uno de los torneos internacionales que este campeonato permite acceder, mas allá que la obtención del título parezca lejana.

 

Ya pasó Argentina y ahora se viene Venezuela, ante quien Uruguay el próximo miércoles deberá obtener una victoria impostergable, si es que pretende seguir con chances meterse entre los seis que definan el torneo a partir de la próxima semana.

5 años sin “Garrafa” Sánchez

Este sábado 8 se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento de José Luís Sánchez, quién dejó de existir a raíz de un accidente con su motocicleta cuando aún se encontraba en actividad jugando en Laferrere, luego de haber defendido con gran categoría a Banfield de la vecina orilla y a Bella Vista de nuestro país.

El popular “Garrafa”, como se le apodaba debido al trabajo que realizaba antes de comenzar a jugar al fútbol, dio sus primeros pasos en el profesionalismo con la camiseta de Laferrere, su club de toda la vida. Luego de 4 temporadas pasó a jugar a El Porvenir, equipo que al igual que Laferrere también acostumbra a jugar en las divisiones de ascenso. Allí permaneció 2 años, hasta que en 1999 tuvo la posibilidad de venir a Uruguay, para por fin poder disputar un torneo de Primera División.

Bella Vista fue el club que le dio la chance, y “Garrafa” no la desaprovechó. Fue una de las piezas claves del equipo papal que por segunda vez consecutiva logró clasificar a la Copa Libertadores, luego de una gran participación en el campeonato uruguayo que le permitió disputar la liguilla, donde finalizó en la segunda posición quedando un punto detrás de Nacional.

Lamentablemente para sus intereses no pudo disputar el torneo continental, ya que una enfermedad de su padre lo obligó a regresar a su país. Allí recaló en Banfield, que en ese momento se encontraba en el Nacional B, donde fue figura en un equipo que después de mucho tiempo logró el ascenso a Primera División.

A partir de ese momento el volante comenzó a ser más conocido por el público de su país, ya que gracias su gran técnica y su particular conducta dentro del campo de juego se robaba la atención de toda la gente. Incluso sus grandes campañas en el “Taladro”, donde también clasificó a la Libertadores llegando a cuartos de final en el año 2005, le valieron para que equipos grandes como Boca y River pusieran los ojos en el. Sin embargo, su alocado comportamiento fuera de la cancha fue lo que impidió que “Garrafa” se pusiera la camiseta de algunos de estos dos equipos.

Y fue ese comportamiento el que lamentablemente se lo llevó aquel verano de 2006 a los 31 años, cuando en su barrio ante un grupo de amigos intentó hacer una pirueta en su motocicleta que salió mal. Trató de pararla sobre su rueda trasera pero cayó al suelo con tanta mala fortuna que golpeó su cabeza contra el cordón de un cantero, hecho que provocó su fallecimiento 2 días después en el hospital.

Su muerte causó un profundo dolor en toda la afición argentina, principalmente en los hinchas de Laferrere donde se encontraba jugando, quienes le brindaron una particular y emotiva despedida, ingresando con el ataúd al campo de juego para dar la vuelta olímpica en su cancha, ante el aplauso de los cientos de hinchas que poblaron las tribunas para darle el último adiós a quien sin dudas, fue un referente para la institución.

Se cumplen 40 años del desastre de Ibrox

Esta semana decidimos recordar una de las noches más trágicas que alguna vez vivió el fútbol escocés, ya que este domingo 2 de enero se cumplió un nuevo aniversario del clásico más sangriento de la historia británica.

El hecho tuvo lugar en el Ibrox Stadium de Glasgow, que a esa altura ya era tristemente conocido por anteriores tragedias que se llevaron la vida de varias personas. La primera fue a principios del siglo XX, cuando en un partido entre las selecciones de Escocia e Inglaterra, el hundimiento de una tribuna se llevó la vida de 25 aficionados, mientras que el segundo hecho trágico es más conocido por nosotros, ya que lo recordamos el pasado mes de setiembre, cuando se cumplió un aniversario de la muerte del arquero del Celtic John Thompson, en pleno clásico ante el Rangers.

40 años después de este último hecho, cuando parecía que la paz finalmente reinaba en el Ibrox Stadium, el destino quiso que sobre el final de un encuentro que volvió a tener como protagonista a estos eternos rivales, se viviera la mayor tragedia que hasta el día de hoy se la conoce como “El desastre de Ibrox”.

Corría el minuto 89, cuando los aficionados del Rangers comenzaban a abandonar el estadio, ya que su equipo caía en manos de los visitantes por un tanto contra cero. Sin embargo, cuando parecía que la victoria del Celtic era inevitable, el conjunto local consiguió un agónico empate que provocó que los hinchas que se habían retirado intentaran regresar, ejerciendo una presión que generó la rotura de las vallas de la escalera 13, que terminó generando una avalancha humana que derivó en la muerte de 66 espectadores, dejando más de 200 heridos.

Fueron varias las horas de angustia y de intenso trabajo por rescatar a los aficionados las que se vivieron aquella noche, donde hasta los jugadores intervinieron para ayudar a salvar a los hinchas que intentaban abandonar la tribuna saltando al campo de juego, para de esa forma evitar la asfixia que se llevó la vida de la mayoría de las víctimas.

Con el paso de los años fueron varios los homenajes que se le realizaron a quienes fallecieron aquella noche, siendo el último el acontecido el día domingo, donde en una nueva edición del clásico escocés, John Greig y Billy McNeill, capitanes del Rangers y del Celtic de aquella época, lideraron a los jugadores actuales en su entrada al campo de juego, para posteriormente realizar un minuto de silencio, en un acto que pretende no dejar en el olvido a quienes protagonizaron la mayor tragedia de la historia del fútbol de Escocia.