Quien es considerado por muchos el mejor futbolista de todos los tiempos en la jornada del domingo tuvo motivos para festejar, ya que llegó a los 51 años de vida en un momento que lo encuentra dentro del ambiente del fútbol, dirigiendo al Al Wasl de Emiratos Árabes Unidos.
El "pelusa" dio sus primeros pasos en Argentinos Juniors debutando en primera división 10 días antes de cumplir 16 años, dándole comienzo a una carrera que no solo lo posicionó a él en un lugar privilegiado de la historia de este deporte, sino que también sirvió para hacer grande al fútbol argentino.
En el equipo que lo vio nacer Maradona jugó un total de 5 temporadas, donde a pesar de no haber ganado ningún título tuvo destacadas actuaciones, las cuales le permitieron terminar como el máximo anotador del torneo en 3 oportunidades y ser convocado a la selección argentina, con la cual con apenas 17 años estuvo a punto de disputar el Mundial de 1978, quedando afuera del plantel definitivo unos días antes que comenzara el certamen.
En 1981 luego de varias idas y vueltas donde los dos equipos más importantes del fútbol argentino se peleaban por su pase, Diego se marchó a Boca Juniors para jugar una temporada y media donde ganaría un título local. A mediados del año siguiente haría su debut en Copas del Mundo jugando un total de 5 encuentros, y aunque la actuación de Argentina no fue de las mejores, su gran performance que se sumó a las buenas campañas realizadas con el equipo xeneize le permitió dar el salto al fútbol europeo, firmando por 2 temporadas para el Barcelona.
Con el conjunto catalán no pudo conquistar la liga, aunque si ganó una Copa del Rey y una Supercopa de España antes de sufrir una fractura de tobillo que lo tuvo varios partidos afuera. Para la temporada 1985/85 cambió de club y de país, marchándose al Napoli de Italia donde sacaría a relucir toda su magia que a la postre lo convirtió en el mejor jugador del mundo, al menos del momento. Allí fue donde se vio al mejor Maradona, que a lo largo de ocho temporadas no paró de darle alegrías a todo el pueblo napolitano que hasta el día de hoy lo considera su máximo ídolo.
Paralelamente a su trayectoria en el futbol italiano Diego siguió defendiendo la camiseta argentina, teniendo la oportunidad en 1986 de disputar su segundo Mundial, donde definitivamente se convertiría en una leyenda de este deporte. Allí se puso el equipo al hombre y llevó a la albiceleste a ganar su segunda Copa del Mundo, luego de convertir goles claves en prácticamente todos los partidos. Además, tuvo un justo reconocimiento cuando le fuera entregado el premio al mejor jugador del torneo.
Luego de este campeonato, cuando seguía siendo considerado el mejor jugador del planeta, siguió jugando para el Napoli a quien llevó a ganar sus primeros títulos importantes que en 60 años de historia no había podido conseguir. Allí ganó dos Scudettos y una Copa UEFA, siendo esta última el primer y último título internacional que ha ganado el Napoli hasta el momento.
Un año más tarde de haber conquistado la UEFA le tocó tratar de defender el título mundial obtenido con Argentina en 1986, aunque en este caso la suerte no estuvo de su lado y pese a haber sido una de las figuras de su selección, no logró mantener la Copa del Mundo perdiendo en la final ante Alemania.
Al año siguiente sus problemas con las drogas comenzaron a salir a la luz, obligándolo a abandonar al conjunto italiano tras ser exigido a someterse a un tratamiento de rehabilitación por parte de la justicia argentina. Ese fue el punto inicial del debacle de su carrera, ya que posteriormente intentó regresar al ruedo defendiendo la camiseta del Sevilla, donde pasó sin pena ni gloria.
En 1993 volvió al fútbol argentino para ponerse la camiseta de Newell's Old Boys, a quien solo defendió en 5 partidos marchándose sin anotar goles, tras algunas diferencias que mantuvo con el nuevo entrenador del equipo. A fines de ese año, cuando la selección argentina tenía serias chances de quedar eliminada del Mundial de 1994, su entrenador le pidió que volviese para ayudar a evitar "tragedia", por lo que Diego volvió a vestir la albiceleste logrando que ésta dijera presente en Estados Unidos.
Sin embargo, en esa Copa del Mundo Maradona sufrió uno de los golpes más duros de su carrera, cuando el doping le volviera a dar positivo obligándolo a bajarse del torneo y a despedirse definitivamente de la selección argentina. Este problema parecía que lo retiraba de la práctica del fútbol, por lo que probó suerte oficiando de entrenador primero de Racing y luego de Mandiyú de Corrientes, realizando pobres campañas que lo llevaron a abandonar su nueva profesión.
En el segundo semestre de 1995 pudo volver a ponerse los cortos tras cumplir la sanción impuesta por FIFA, por lo que volvió a ponerse la camiseta de Boca hasta el día de su retiro, que se llevó a cabo dos años más tarde.
En la actualidad se encuentra dirigiendo técnicamente al Al Wasl de Emiratos Árabes Unidos, luego de haber sido el entrenador de la selección argentina donde demostró que sus condiciones para esta profesión distan bastante de las que tuvo para jugar al fútbol, esas que lo llevaron a ser considerado por muchos el mejor jugador de todos los tiempos.
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