Con motivo de un nuevo aniversario de su fallecimiento, esta semana decidimos repasar la trayectoria del más grande extranjero que alguna vez vistió la camiseta de Nacional, que en base a su gran capacidad goleadora se convirtió en uno de los mejores jugadores del fútbol uruguayo, rompiendo varios records que hasta el día de hoy se mantienen intactos.
Atilio nació en la República Argentina, y llegó a nuestro país en 1938 para jugar en el equipo tricolor, donde debutó un día después de haber pisado suelo uruguayo, ante Chacarita, en el marco de la Copa Rioplatense, marcando 2 goles para la ajustada victoria de Nacional por 3 a 2, dando una pequeña muestra de lo que estaba por venir.
Vistió la casaca bolsilluda a lo largo de 13 temporadas ganando un total de 8 campeonatos uruguayos, convirtiéndose en pieza clave del plantel que ganó el Quinquenio entre los años 1939 y 1943, siendo el máximo anotador en los 5 torneos. Además "Bigote", como se le apodaba, logró ser el goleador en otros tres campeonatos uruguayos, ostentando el record de culminar en la cima de la tabla de goleadores en 7 torneos en forma consecutiva.
Un párrafo aparte merece la trayectoria de Atilio en los clásicos, donde alcanzó cifras que hasta el día de hoy no han sido igualadas. A lo largo de esos 13 años en filas tricolores disputó un total de 26 encuentros ante Peñarol, de los cuales ganó 14, empató 4 y perdió 8, anotando un total de 34 goles para superar de esa forma el promedio de un gol por partido. Así fue como Bigote se convirtió en el máximo anotador clásico de la historia, alcanzando además el record de goles en un solo partido ante Peñarol, cuando en 1940 convirtió 4 para la victoria de su equipo por 5 tantos contra 1.
La capacidad goleadora que tenía el artillero argentino le permitió convertirse en el jugador que mas goles convirtió en la historia de Nacional, llegando a un total de 208 anotaciones por el campeonato uruguayo, siendo superado únicamente por Fernando Morena. Esas excelentes cifras que cosechó García despertaron una gran idolatría en los hinchas de Nacional que se vio reflejada años mas tarde, cuando se le dio su nombre a una de las tribunas del Parque Central, hecho que aparte de homenajear al argentino logró inmortalizar su figura en un club que sin dudas, le debe gran parte de su gloriosa historia.
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