viernes, 15 de julio de 2011

Se cumplen 61 años de la mayor hazaña deportiva

En estos días donde nuestra selección se encuentra disputando la Copa América, enfrentando a países cuyos aficionados piensan que son los mejores del mundo aún no habiendo ganado nada en toda su historia, es bueno recordar aquellas hazañas que hicieron grande al fútbol uruguayo y lo diferencian de sus rivales de turno.

Y qué mejor que empezar con la mayor hazaña que alguna vez se haya visto dentro de una cancha de fútbol, de la cual el próximo sábado 16 de julio se cumple un nuevo aniversario.

Hablamos del famoso “Maracanazo”, aquel que se gestó en el Mundial de 1950 cuando la selección uruguaya tenía todo en contra, y la fiesta estaba armada para que Brasil, el país anfitrión, conquistara por primera vez en su historia el campeonato más importante del mundo.

Ese torneo tuvo muchas particularidades, entre ellas el sistema de disputa, ya que fue la única vez que los mejores cuatro equipos no se enfrentaron en sistemas de semifinales, sino a través de un cuadrangular final donde jugaban todos contra todos.

Uruguay logró llegar a la etapa definitoria del Mundial luego de vencer a Bolivia 8 a 0 en la fase de grupos, siendo este el único partido que disputó en esa instancia ya que los otros dos países que conformaban ese Grupo D (Escocia y Turquía), se negaron a concurrir a Brasil luego de haber alcanzado la clasificación.

En el cuadrangular final la cosa no fue sencilla para el combinado uruguayo, ya que en el primer partido apenas pudo empatar con España en dos tantos por bando, consiguiendo el gol de la igualdad a pocos minutos para que terminara el partido. En el segundo encuentro, ante Suecia, se consiguió la victoria pero no sin antes sufrir, ya que tras ir perdiendo 2 a 1 apareció Míguez para dar vuelta el marcador, y dejar con chances reales a Uruguay de ganar el campeonato.

De esta manera los celestes llegaban al último partido con Brasil, el cual llegaba como favorito y con una euforia por parte de sus aficionados que si bien puede parecer desmedida, la misma se ajustaba a la realidad que vivía su selección. Es que al mismo tiempo que Uruguay sufría para conseguir resultados positivos, el combinado local aplastaba a sus rivales a los cuales venció por 7 a 1 y 6 a 1 en las dos primeras fechas del cuadrangular.

Así se llegó al partido final, con Brasil como líder de la serie y necesitado de apenas un empate para ganar la Copa del Mundo, y con Uruguay como escolta y para la gran mayoría como el rival de turno que animaría la fiesta brasileña. Para colmo, en el segundo tiempo los locales se adelantaron en el marcador, haciendo pensar que el destino por fin querría que los norteños se consagraran campeones.

Sin embargo, contra el pronóstico de muchos, los 11 celestes sacaron pecho en un repleto Maracaná, y con Obdulio Varela como líder lograron sorprender al mundo entero mostrando una personalidad única, para empatar el encuentro en primera instancia con gol de Schiaffino, y pasar a ganar a once minutos del final con una anotación de Ghiggia que dejó en silencio a los 200.000 espectadores.
Ante esto el equipo brasileño, que se sentía vencedor antes de jugar el partido, no encontró reacción y terminó cayendo ante un equipo uruguayo que por segunda vez en su historia se consagraba campeón del mundo.  

Por motivos como este, que por suerte no son pocos, es que Uruguay es uno de los grandes del fútbol mundial, y no admite la más mínima comparación con algunos rivales de turno que sin haber ganado nada, se creen los mejores del mundo.

miércoles, 6 de julio de 2011

Don Alfredo cumplió 85 años

El pasado lunes 4 de julio el ex delantero argentino Alfredo Di Stéfano celebró un nuevo aniversario, motivo por el cual decidimos repasar los hitos más importantes de su carrera, que lo llevaron a ser considerado por la FIFA como uno de los mejores 5 futbolistas del siglo XX.


Don Alfredo defendió un total de cinco equipos a lo largo de su carrera que duró 22 temporadas, comenzando en River Plate en el año 1945. Tras un breve pasaje por Huracán con el objetivo de ganar experiencia, volvió a colocarse la banda roja para jugar otras tres temporadas, ganando dos campeonatos.

En 1949 Di Stéfano dejó el país para marcharse al fútbol colombiano, donde defendió al Millonarios de aquel país a lo largo de cuatro años, ganando un total de tres títulos locales. A mediados de 1953 cruzó el Atlántico para ponerse la camiseta del Real Madrid, donde escribiría las mejores páginas de la historia del conjunto merengue.

Con el equipo español, donde estuvo 11 temporadas, don Alfredo lograría ganar un total de ocho ligas locales, cinco Ligas de Campeones y una Intercontinental, venciendo en esta última a Peñarol en 1960. A lo largo de esos años además, llegó a ser el máximo anotador del certamen español en cinco oportunidades, hecho que le valió para estar en la cima de la tabla histórica de goleadores durante mucho tiempo. En los años 1957 y 1959, fue distinguido con el Balón de Oro tras ser considerado el mejor jugador de Europa.

Paralelamente a su carrera clubista, Di Stéfano también disputaba torneos internacionales a nivel de selecciones, llegando a vestir la camiseta de tres países diferentes. En primera instancia jugó por el combinado de su país natal, Argentina, con quien supo ganar la Copa América de 1947. En la siguiente edición, la de 1949, Alfredo volvió a estar presente aunque con el uniforme de Colombia, siendo ese el único año que defendió al país cafetero.

Ocho años más tarde, ya con la nacionalidad española en su poder, Di Stéfano también pasó a ser jugador de la selección de la madre patria, donde si bien fue muy importante logrando aportar un total de 23 goles, no pudo conseguir ningún título en ninguno de los torneos que disputó.

A los 38 años de edad, ya retirado de todas las selecciones nacionales, don Alfredo dejó el Real Madrid para marcharse al Espanyol de Barcelona, donde al término de dos temporadas le pondría fin a su carrera como futbolista, cerrando la misma con un total de 510 goles y una enorme cantidad de títulos.

Posteriormente fue entrenador de distintos equipos del mundo, aunque sin tener demasiado éxito. En la actualidad se encuentra trabajando en el club que le dio la mayor cantidad de alegrías, donde en diciembre del año 2000 fue nombrado “Presidente Honorario”, como motivo de homenaje a uno de los más grandes futbolistas no solo de la historia del Madrid, sino del fútbol mundial.

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